A dos años de su funcionamiento
Consejos de Consulta :
Un mecanismo de Participación Ciudadana de los peruanos en el Exterior
Por Humberto Ramos, editor
En este mes se cumple dos años de la puesta en marcha de los Consejos de Consulta, instancia participativa y asociativa, representativa de la comunidad peruana en el exterior implementada por Relaciones Exteriores.
Esta novedosa iniciativa causó interés por el grado de compromiso de la Cancillería y los Consulados con nuestros connacionales dentro de la nueva visión de la política exterior de protección de las comunidades peruanas en el exterior y la reestructuración de los servicios consulares. Y también ha significado una respuesta ante los sucesos acaecidos en Nueva York del 11 septiembre.
Han trascurrido dos años de experiencia en el cual se han desarrollado fortalezas y debilidades que a nuestro entender van a contribuir a la consolidación de los consejos y dependerá también en gran medida de la sociedad civil en el exterior la articulación de un apropiado trabajo.
Es una fortaleza, la toma de conciencia de lo que significa Consejo de Consulta. En sentido es necesario entender que esta instancia participativa impulsada por Cancillería, es fundamentalmente un mecanismo de Participación Ciudadana en el Exterior, otorgando al connacional un papel mas dinámico con su comunidad respectiva cualquiera sea su condición de residencia y de asociación. Como bien menciona Julio Díaz las “modalidades reales de participación ciudadana son muy heterogéneas, no pueden ser homogenizadas o parametradas[1], viene a ser un proceso evolutivo que busca generar espacios de dialogo que impulsen nuevos procesos comunicativos que enriquezcan el dialogo y generen nuevos mecanismos que fortalezcan la protección y el desarrollo del connacional en el exterior así como la revinculación creativa con el país de origen.
Para este logro se tiene que luchar con viejas practicas, barreras al interior de la propia comunidad como también con las brechas que muchas veces existen en la comunicación de los consulados con su comunidad jurisdiccional. Al interior de la comunidad hay que armonizar los juegos de intereses diferenciados y superar la pugna por el protagonismo y liderazgo egocéntrico fomentando en contraposición una la participación permanente con reglas claras que incentiven la interacción colectiva y proactivo hacia la comunidad, pudiéndose observar este mecanismo como un pivote para fortificar la organización de la colectividad peruana hacia su interior.
Por otro lado, también hay que resaltar la pasividad y la ineficiencia de algunos cónsules para entender el nuevo papel del funcionario diplomático, planteado hoy como un Cónsul Servidor Público. Superar estas barreras significará continuar avanzando con la disociación preexistente entre la tradicional política consular y la protección al connacional.
La experiencia ganada en estos años, a pesar de todo los contratiempos en una visión de conjunto, tienen un balance positivo. Consideramos que sirven para elaborar una verdadera co-gestión entre la ciudadanía y la autoridad respectiva para enmendar los errores y elaborar planes de trabajo viables, transparentes, profesionales, donde exista una verdadera voluntad de ayudar a nuestros connacionales.
[1] Reflexiones y propuestas para el fortalecimiento de la Democracia participativa. Julio Díaz Palacios. Nov.2003
Por Humberto Ramos, editor
En este mes se cumple dos años de la puesta en marcha de los Consejos de Consulta, instancia participativa y asociativa, representativa de la comunidad peruana en el exterior implementada por Relaciones Exteriores.
Esta novedosa iniciativa causó interés por el grado de compromiso de la Cancillería y los Consulados con nuestros connacionales dentro de la nueva visión de la política exterior de protección de las comunidades peruanas en el exterior y la reestructuración de los servicios consulares. Y también ha significado una respuesta ante los sucesos acaecidos en Nueva York del 11 septiembre.
Han trascurrido dos años de experiencia en el cual se han desarrollado fortalezas y debilidades que a nuestro entender van a contribuir a la consolidación de los consejos y dependerá también en gran medida de la sociedad civil en el exterior la articulación de un apropiado trabajo.
Es una fortaleza, la toma de conciencia de lo que significa Consejo de Consulta. En sentido es necesario entender que esta instancia participativa impulsada por Cancillería, es fundamentalmente un mecanismo de Participación Ciudadana en el Exterior, otorgando al connacional un papel mas dinámico con su comunidad respectiva cualquiera sea su condición de residencia y de asociación. Como bien menciona Julio Díaz las “modalidades reales de participación ciudadana son muy heterogéneas, no pueden ser homogenizadas o parametradas[1], viene a ser un proceso evolutivo que busca generar espacios de dialogo que impulsen nuevos procesos comunicativos que enriquezcan el dialogo y generen nuevos mecanismos que fortalezcan la protección y el desarrollo del connacional en el exterior así como la revinculación creativa con el país de origen.
Para este logro se tiene que luchar con viejas practicas, barreras al interior de la propia comunidad como también con las brechas que muchas veces existen en la comunicación de los consulados con su comunidad jurisdiccional. Al interior de la comunidad hay que armonizar los juegos de intereses diferenciados y superar la pugna por el protagonismo y liderazgo egocéntrico fomentando en contraposición una la participación permanente con reglas claras que incentiven la interacción colectiva y proactivo hacia la comunidad, pudiéndose observar este mecanismo como un pivote para fortificar la organización de la colectividad peruana hacia su interior.
Por otro lado, también hay que resaltar la pasividad y la ineficiencia de algunos cónsules para entender el nuevo papel del funcionario diplomático, planteado hoy como un Cónsul Servidor Público. Superar estas barreras significará continuar avanzando con la disociación preexistente entre la tradicional política consular y la protección al connacional.
La experiencia ganada en estos años, a pesar de todo los contratiempos en una visión de conjunto, tienen un balance positivo. Consideramos que sirven para elaborar una verdadera co-gestión entre la ciudadanía y la autoridad respectiva para enmendar los errores y elaborar planes de trabajo viables, transparentes, profesionales, donde exista una verdadera voluntad de ayudar a nuestros connacionales.
[1] Reflexiones y propuestas para el fortalecimiento de la Democracia participativa. Julio Díaz Palacios. Nov.2003
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